El fuego, no sólo formó parte del avance en todas las civilizaciones; además en su descubrimiento y uso cotidiano, las llamas dieron pie a la quema de lo indeseable. La intensa e incontrolable lumbre del infierno dantesco nos persigue a lo largo de la historia, y nos toca exponer las quemaduras -de grados incontables- de la propia carne humana y de algunos de los invaluables objetos perdidos a lo largo del tiempo. Una fogata perenne aguarda arder materiales como libros, pinturas, etc. que contradicen el pensamiento, las reglas y acciones del status q uo. Asimismo, la mínima chispa del fuego en su forma más primitiva, ya sea por naturaleza, causado o accidentalmente ha incendiado con mucho más fuerza letal nuestro hogar: la tierra… y así se convierte en parte de la problemática de la devastación ecológica que sufrimos y las evacuaciones geográficas que los sobrevivientes humanos deben realizar, al dejar atrás sólo cenizas… Al encender los tres reinos de la naturaleza: el reino vegetal, el reino mineral y el reino animal ¿qué nos queda…?  (Aguilar, 2020, Temario de la Materia Temas Selectos de Comunicación. Universidad Iberoamericana).​