Producciones Infantiles
La Modernidad llevó a lo que llega a ARDER a un nuevo nivel, donde sus efectos: las quemaduras, alcanzaron un grado más doloroso y perenne, que el provocado por una sola llama ordinaria.
Inaudito e inhumano fueron las nuevas armas de ardientes y combatientes fuegos - en el que las detonaciones apenas dejaban cenizas-, los explosivos o derrames químicos sobre el planeta - en los que la tierra, el agua y cualquier ser vivo han quedado quemados y/o inhabilitados-, y hasta la incontrolable energía nuclear de una bomba atómica - que desencadenó el poder, el sufrimiento y el pánico de una humanidad testigo de ver cómo una nube de fuego veloz silenciaba al mundo entero y su historia, en cuestión de segundos, en un acto parecido a la escena de una película - mientras los alaridos por la quema de radiación en los cuerpos (al interior y al exterior) fueron el presagio de malformaciones y mutilaciones que aún subsisten.
Como tal, la Modernidad del siglo XX también normalizó el fuego y sus indistintas descargas ardientes como un espectáculo apto para niños, una forma de diversión, sobretodo en las caricaturas, donde peculiares personajes explotan, se queman y arden una y otra vez; aunque se debe mencionar que tanto en las películas, como en los cuentos infantiles más antiguos y contemporáneos el papel del fuego o alguna quema llegan a ser el climax de una historia.